Conmemoramos el Día de la Mujer con las historias de cuatro profesionales de la Escuela Española de Salvamento y Detección con Perros
Madrid, 7 de marzo. La Organización de Naciones Unidas conmemora este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer bajo el lema “igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, con el que reconoce la contribución de las mujeres de todo el mundo que están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático para construir un futuro más sostenible para todas las personas.
Según la ONU, cada vez es más evidente que las mujeres son más vulnerables al impacto del cambio climático que, entre otros riesgos, produce cada vez mayores desastres naturales que originan grandes emergencias. El papel de las mujeres en este ámbito también es esencial a la hora de proporcionar capacidades a los servicios de protección civil para que puedan prevenir o reducir con mayor eficacia los riesgos a los que nos enfrentamos en el siglo XXI.
Desde la Escuela Española de Salvamento y Detección con Perros (ESDP) se mantiene un firme compromiso con la igualdad de oportunidades y la promoción de la figura de la mujer en el ámbito de las emergencias. Por ello se desarrollan diferentes iniciativas, lideradas por su presidenta, Susana Izquierdo, como la creación de una Comisión de Igualdad que ha elaborad el primer Plan Igualdad 2021-2025.
Para Izquierdo “las mujeres también son protagonistas ante el reto que supone salvar vidas en las situaciones más complicadas”.
Bien lo sabe Ana María Aldea, enfermera del SUMMA-112 y voluntaria de la Escuela Española de Salvamento y Detección con Perros (ESDP). En sus 32 años como enfermera asegura que “nunca me he sentido diferente por ser mujer”, tampoco en misiones internacionales en las que ha participado en los últimos años como miembro del Equipo de Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (ERICAM).
Aldea también colabora como investigadora en los proyectos europeos en los que participa la ESDP, lleva al día las vacunaciones de perros y guías (por si son activados para salir a una emergencia fuera de España) y mantiene en perfecto estado de revista los botiquines de la Escuela. Para ella es importante estar formados y preparados ante retos como el que ha supuesto la pandemia, pero también ante otros que están por venir como los efectos “del cambio climático o los conflictos armados”, vaticina desde su dilatada experiencia.
“Creo firmemente en el voluntariado y en el importante papel de las ONG en el sector de las emergencias y de la ayuda humanitaria”, asegura Aldea que comparte estos sentimientos con su compañera Mari Luz López, quien bajó de la ambulancia del servicio de protección civil en el que prestaba servicio para adentrarse en el mundo de los perros de rescate.
Hoy Mari Luz lleva 25 años en la ESDP, prácticamente desde sus inicios, donde desarrolla su labor como guía canino e instructora. Por sus manos han pasado más de 2000 alumnos (4000 si sumamos a sus compañeros de cuatro patas) que ahora contribuyen a salvar vidas desde diferentes servicios de emergencia distribuidos por todo el mundo.
Aunque su dedicación laboral está relacionada con el desarrollo de software, cuando se pone su uniforme Mari Luz es una experta en el trabajo con perros de búsqueda para localizar a víctimas en las situaciones más complicadas.
Recuerda con especial dureza el trabajo de los guías de la ESDP en la mayor catástrofe natural de los últimos 25 años en España: la riada que arrasó el camping Las Nieves en 1996 y que dejó 87 muertos y más de 180 heridos. Posteriormente ha acompañado al equipo de la Escuela en sus despliegues en Ecuador, Argelia o Marruecos.
Con este “bagaje” en el mundo del voluntariado en emergencias, Mari Luz aprovecha la efeméride de este día para reivindicar “que nadie te diga que, como mujer, no puedes”.
A nadie se le escapa que la innovación en el mundo de las emergencias es clave en el mundo en el que vivimos y este tema en la ESDP lleva el nombre de Marta Burgos, gestora de proyectos y encargada de un área que permite a la Escuela estar a la vanguardia de los últimos avances tecnológicos y contribuir al desarrollo de herramientas útiles y fáciles de usar para los intervinientes ante situaciones de emergencia.
Durante el año que Marta lleva como voluntaria declara que siente “una gran admiración por los primeros intervinientes, que son los que acuden en primer lugar ante una catástrofe, y por el trabajo constante que los guías realizan con los perros” para estar preparados en todo momento para salir si su ayuda es reclamada. Además, señala que “no existen muchas mujeres que sean primeros intervinientes con estos perfiles (rescate)” por lo que anima a otras mujeres a sumarse a la ESDP “para entrenar a sus perros e intervenir en casos de emergencia”.
Mujeres como Esther Redondo, especialista en el procesado de datos, que acaba de incorporarse a la Escuela como guía canino. Aunque Esther se encuentra en período de formación, lleva tiempo trabajando con perros y asegura que “estar en la ESDP es una gran oportunidad para aprender y aportar nuestro granito de arena cuando sea necesario”.
Susana, Ana María, Esther, Marta y Mari Luz comparten sin complejos su pasión por las emergencias en un sector muy masculinizado en el que no siempre es fácil abrirse paso. Sin embargo, su profesionalidad, su vocación de servicio y su trabajo son las mejores pértigas para saltar los obstáculos y hacer lo que mejor saben hacer junto a sus compañeros caninos: salvar vidas y ayudar a que otros las salven.